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Principales desafios y funciones de un director financiero (CFO)

Escrito por Moonflow Argentina | diciembre 04, 2025

Las funciones de un CFO han cambiado. Atrás quedó la época en la que solo dirigía el área y esperaba informes para reportar la situación. Hoy, en medio de una vorágine de cambios y un escenario económico incierto, un rol pasivo es impensable. Se necesitan directores financieros capaces de anticipar problemas y responder con rapidez antes de que la empresa sienta el impacto. 

La evolución de las funciones de un CFO: De controlador contable a socio estratégico

La figura del Director Financiero ha sufrido una transformación radical. Si antes la visión clásica se limitaba a “llevar las cuentas” y asegurar el registro histórico, hoy el mercado exige un perfil activo y proactivo que ya no se limita a dirigir el área y esperar informes, sino que impulse la innovación dentro de la empresa. 
A pesar de la inestabilidad económica actual, el enfoque del CFO ya no se restringe a la reducción de costos y la supervivencia. Su responsabilidad es identificar oportunidades reales de crecimiento y orientar a la organización hacia sus objetivos comerciales de largo plazo, sin descuidar caja, capital de trabajo y riesgo. 3 funciones modernas del Director Financiero: 

1. Automatización para ganar agilidad

Los profesionales de finanzas enfrentan con frecuencia períodos de actividad frenética al cerrar registros y generar informes, lidiando con tareas manuales tediosas que consumen horas y elevan el riesgo de error.  
El verdadero salto estratégico ocurre cuando el líder financiero automatiza estas tareas rutinarias y libera al equipo para enfocarse en actividades de mayor valor: analizar la información en lugar de simplemente moverla.  

2. Capital humano como eje estratégico 

La estrategia financiera depende cada vez más del talento. Los directores financieros enfrentan el doble reto de contratar y retener personal calificado en un contexto de escasez de talento y salida de profesionales experimentados, esto impacta en la continuidad operativa y control interno. Además, el trabajo remoto ha reducido las interacciones presenciales tradicionales, lo que obliga a fortalecer la cohesión y el compromiso del equipo mediante herramientas de colaboración robustas. 

3. Nuevas métricas, nueva disciplina 

La evolución del rol redefine qué se mide y cómo se mide. La prioridad se ha desplazado hacia la generación de caja orgánica y la eficiencia del capital invertido, exigiendo una disciplina de “Smart Capex” donde cada inversión se justifique con una rentabilidad clara.  

A esto se suma la incorporación de la sostenibilidad en la estrategia financiera: cumplir objetivos ESG permite acceder a costos de deuda más bajos. Y, finalmente, la supervisión del directorio sobre variables como el capital de trabajo y los precios de venta debe ser precisa para proteger la rentabilidad frente a cualquier distorsión del mercado. 

Gestión de la incertidumbre: el escenario del CFO en Argentina

Para el director financiero en Argentina, la incertidumbre no es una variable ocasional, sino el punto de partida. Mientras en otros mercados el foco puede estar en el crecimiento estable, en el ámbito local la prioridad es construir resiliencia frente a la inestabilidad económica y una inflación persistente. En este contexto, el CFO debe evitar la parálisis que generan indicadores distorsionados y asumir un rol activo en la protección del valor de la compañía. 

1. El desafío de la “alta inflación” y la trampa de la nominalidad

Aunque la inflación es un fenómeno habitual en el país, el escenario actual presenta magnitudes y causas que desbordan los parámetros internacionales. 

El riesgo estratégico más evidente es el deterioro de la nominalidad. La alta inflación distorsiona estados contables y KPIs, dificultando que el directorio tome decisiones basadas en datos fiables. “Deflacionar” la información con criterio técnico se vuelve un proceso complejo y delicado. 

A ello se suma la proliferación de indicadores contradictorios, que pueden confundir al liderazgo y llevarlo a postergar decisiones clave o a replicar acciones del mercado sin un análisis propio y riguroso. 

2. Navegación del marco regulatorio y cambiario 

El entorno normativo argentino exige vigilancia permanente y una capacidad de adaptación rápida. En un contexto de regulaciones crecientes, las funciones de control han evolucionado para responder a nuevas exigencias de cumplimiento. 

Actualizaciones como la Comunicación “A” 8168 del Banco Central han elevado los estándares de gobernanza y control, obligando a los directorios a priorizar la capacitación continua en estas normativas. 

Además, el cumplimiento dejó de ser un trámite: se convirtió en un vector de transformación. Los nuevos marcos incorporan lineamientos sobre prevención de riesgos tecnológicos, fraude y cohecho transnacional, alineando a las organizaciones con estándares internacionales de transparencia. 

3. Gestión crítica del capital de trabajo y precios 

Los efectos más severos de la inestabilidad recaen sobre la operación financiera diaria, donde cualquier descuido impacta directamente en la rentabilidad real. 

En este contexto, administrar el capital de trabajo y la tesorería se vuelve la prioridad central para amortiguar los efectos de la inflación. Del mismo modo, los precios de venta requieren una revisión periódica y estratégica. El directorio debe asegurar que los ajustes reflejen la realidad del mercado sin comprometer competitividad ni margen. 

Transformación digital del departamento financiero: desafíos del CFO u oportunidad 

La oficina del director financiero está hoy más conectada que nunca con el mundo de la tecnología. A medida que los directivos buscan conseguir más con menos, la tecnología ha dejado de ser un apoyo para convertirse en la herramienta que llena ese vacío operativo. 

A pesar de la inestabilidad económica, la tendencia es clara: casi el 80% de los directores financieros prevén aumentar o mantener sus inversiones digitales, buscando desarrollar la resiliencia necesaria para prosperar sin importar el clima. La transformación digital ya no es una opción, sino la vía para superar las limitaciones de las hojas de cálculo tradicionales, cuyos procesos manuales —como importar datos externos— son tediosos y conllevan un alto riesgo de error. 

La oportunidad real radica en la integración y el tiempo real. Implementar herramientas robustas que se vinculen directamente con el sistema ERP permite al equipo financiero dejar de manipular y reformatear datos para dedicarse a analizarlos. Al convertir datos ocultos en información procesable, los líderes obtienen una visión integral del gasto, facilitando pronósticos precisos y una mejor toma de decisiones. Además, la capacitación en estas tecnologías innovadoras es el recurso clave para comprender y aplicar las nuevas normativas de control. 

Tecnología en cobranza: Cómo soluciones como Moonflow blindan la liquidez 

Si la digitalización del área financiera es hoy un imperativo, la gestión de cobranza se ha convertido en uno de los espacios donde la tecnología genera mayor impacto inmediato. Para un CFO que opera en un contexto inflacionario, con costos crecientes y márgenes presionados, la liquidez es la línea de defensa más crítica. Y es justamente allí donde las herramientas especializadas (sistemas de cobranza) marcan una diferencia estructural. 
Los sistemas tradicionales —hojas de cálculo, seguimiento manual o comunicaciones dispersas— no solo consumen tiempo: también generan fugas silenciosas de ingresos, retrasos en la cobranza y una baja capacidad de priorización de cuentas. En cambio, un software de cobranza como Moonflow permite transformar un proceso históricamente reactivo en uno completamente controlado y predecible. 

La automatización del proceso de cobranza reduce los ciclos de recaudación, evita errores y permite segmentar clientes según riesgo, comportamiento y probabilidad de pago. Esto no solo mejora el flujo de caja, sino que otorga al CFO visibilidad en tiempo real sobre el estatus de cada cuenta, permitiéndole anticiparse a tensiones futuras y tomar decisiones basadas en datos, no en intuiciones. 

Además, la integración directa con el ERP elimina la manipulación manual de información, asegurando consistencia entre ventas, finanzas y tesorería. La trazabilidad se vuelve automática, reduciendo observaciones de auditoría y fortaleciendo el control interno. 

Finalmente, disponer de reportes inteligentes y alertas tempranas permite al área financiera priorizar esfuerzos donde realmente importa, acelerando la recuperación de deuda y protegiendo la generación de caja, un activo clave en un mercado donde los shocks inflacionarios pueden deteriorar valor en cuestión de días. 

Como se observa, el rol del CFO dejó de ser un guardián del pasado para convertirse en un estratega que sostiene a la empresa en medio de la tormenta. Entre inflación, nuevas regulaciones y presión por la eficiencia, la tecnología se vuelve su aliada más poderosa. Quien adopta estas herramientas no solo protege la liquidez, sino que fortalece la capacidad de decidir con claridad en un país donde nada es lineal.