¿Qué viene para el área de crédito y cobranza este 2025? Sin lugar a duda hay que hablar de una revolución tecnológica. Y es que salta a la vista el impacto que las soluciones fintech están teniendo en el sector.
Una de las grandes protagonistas en la gestión de crédito y cobranza será la inclusión de tecnologías con IA. Esto se debe a que de esa manera se podrá agilizar los procesos de validación de antecedentes de los clientes; y no solo esto, sino que también se podrá tener un mejor control de las cuentas por cobrar generadas.
En esta publicación, desglosamos cada una de las tendencias que trae el área de crédito y cobranzas este año.
¿Qué vas a encontrar en este texto?
La principal tendencia en créditos se centra en la IA, la cual está redefiniendo el proceso de otorgamiento y gestión de créditos en el sector financiero. Aquí te enumeramos algunas tendencias concretas:
Los algoritmos de IA ayudan a que las empresas puedan ofrecer créditos con condiciones dinámicas (tasas, plazos y montos) ajustadas al perfil de riesgo y necesidades de cada solicitante.
Esto mejora la aceptación de solicitudes y reduce la morosidad, gracias a modelos que incorporan datos alternativos como comportamiento de pago, transacciones en tiempo real y hábitos digitales.
La IA reemplaza progresivamente los modelos tradicionales de scoring crediticio empresarial, abriendo la posibilidad de otorgar crédito a usuarios o empresas sin historial financiero formal. ¿Cómo es posible? Porque el análisis multidimensional de datos permite tomar decisiones rápidas y más inclusivas, con menor carga operativa.
La integración de visión artificial (OCR) y procesamiento de lenguaje natural (PLN) se presenta como una tendencia que acelerará la validación de identidad, la lectura de documentos y el llenado de formularios. Esto permitirá procesos de aprobación casi instantáneos, ideales para entornos B2B y B2C con alta demanda de agilidad.
Los asistentes virtuales y chatbots son parte de las tendencias que mejorarán la experiencia al cliente. Gracias a estos recursos, los clientes podrán solicitar, consultar o renegociar créditos en cualquier momento, sin intervención humana.
La detección de patrones inusuales en tiempo real y los modelos predictivos permiten anticipar morosidades, fraudes o comportamientos de alto riesgo. Esto fortalece la gestión de cartera y mejora la calidad del portafolio crediticio.
En cuanto a las cobranzas, identificamos las siguiente:
Los clientes digitales exigen resolver sus pagos y gestiones de deuda de forma rápida, segura y sin fricciones. Pero no todos lo logran solos.
¿Qué implica esto? Un sistema híbrido que combine autoservicio efectivo con la posibilidad real de escalar´se a atención humana cuando el usuario no encuentra respuesta. Ya no basta con tener canales: hay que diseñar flujos que respondan a diferentes perfiles y emociones.
La inteligencia artificial no es solo un “plus”: se vuelve esencial en el análisis de crédito y cobranza, para predecir comportamientos, personalizar ofertas, priorizar gestiones y aumentar la recuperación sin saturar canales.
¿Cómo se aplica? Mediante el uso de soluciones que empleen algoritmos que deciden si enviar un SMS, un email o derivar al equipo de campo. O a través de modelos que anticipan el mejor momento para contactar o el tono más efectivo.
Lo mejor: ¡Todo esto puede venir integrado en un software de cobranza!
El uso de RCS (Rich Communication Services) y canales enriquecidos reemplaza al SMS básico. Ahora los clientes pueden ver el monto adeudado, interactuar y pagar desde el mismo mensaje.
Cada vez más, las decisiones de cobranza se apoyan en principios de la ciencia del comportamiento: sesgo de urgencia, validación social, lenguaje positivo, opciones predeterminadas.
Y esto es relevante porque ahora se entiende que un mensaje mal enfocado genera rechazo o evasión. En cambio, si se plantea como una oportunidad para reorganizarse, el deudor reacciona mejor. Se trata de diseñar interacciones con comprensión emocional, no solo presión.
La tecnología automatiza, pero no sustituye la empatía, la escucha activa ni la capacidad de contención. Por eso, el rol del agente de cobros no desaparece, se especializa.
¿Qué implica esto? Entrenamiento continuo, coaching con análisis de voz y feedback en tiempo real. Los agentes de cobranza de este 2025 ya no solo deben enfocarse en cobrar, también deben acompañar, informar y contener. Lo que impactará directamente en la tasa de resolución y en la reputación de marca.
La cobranza presencial no desaparece, pero evoluciona. La tendencia es llevar la tecnología al terreno: apps móviles, geolocalización, enlaces de pago y consulta de datos en tiempo real.
¿Por qué importa? Porque en zonas donde lo digital no llega del todo, sigue siendo vital contar con agentes que visiten al cliente. Pero ya no se trata de improvisar: ahora llegan con una tablet o smartphone, consultan el estado del préstamo, muestran el saldo exacto y generan un enlace para que el cliente pague desde su celular.
Cada vez más empresas usan dinámicas de juego para mejorar el rendimiento del equipo de cobranza. La tendencia es convertir los objetivos en desafíos motivadores con rankings, recompensas e insignias.
¿Cómo se aplica? Por ejemplo, una app interna muestra cuántos cobros realizó cada agente al día, qué metas ha cumplido y qué beneficios desbloquea. Así, en lugar de presionar con métricas, se fomenta el logro con estímulos positivos. Es una forma más humana y eficaz de incentivar.
El área de crédito y cobranza está dejando de ser un bloque operativo para convertirse en un eje estratégico del negocio. Las tendencias de este 2025 marcan un punto de inflexión: quien no automatice, personalice ni anticipe, se quedará atrás. Adaptarse ya no es una ventaja competitiva, sino una necesidad de supervivencia financiera.