¿Qué es el control financiero? Es importante no confundir el control financiero con la gestión financiera en sí misma. Aunque están estrechamente relacionados, el control financiero es una función específica dentro del proceso general de gestión, enfocada en supervisar y evaluar cómo se están utilizando los recursos económicos en comparación con lo que se había planificado.
Realizar el control financiero es importante porque de esa forma permite identificar a tiempo posibles desviaciones entre lo planeado y lo ejecutado, lo que facilita la toma de decisiones correctivas que protejan la estabilidad económica de la organización. Además, contribuye a optimizar el uso de los recursos, prevenir riesgos financieros y garantizar el cumplimiento de los objetivos estratégicos, lo que fortalece la transparencia y la eficiencia en la gestión.
Comprendido este término, en esta publicación queremos hablarte más sobre el tema, incluyendo los tipos de control financiero que existen, cómo hacer un control financiero de una empresa y cómo mejorarlo.
¿Qué vas a encontrar en este texto?
En cuanto a los tipos de control financiero, podemos identificar tres principales, estos son:
Este tipo de control tiene una aplicación inmediata y busca identificar desviaciones en el uso de los recursos de una empresa. Su objetivo es actuar rápidamente para evitar que la situación se agrave y afecte el presupuesto general.
El control financiero direccional puede usarse, por ejemplo, cuando se detecta que un área ha gastado más del 70 % de su presupuesto mensual en apenas dos semanas. En ese caso, se toman medidas de inmediato, como frenar ciertos gastos o redistribuir recursos, para evitar un desbalance financiero al cierre del mes.
Se realiza este tipo de control cuando se quiere evaluar áreas o departamentos puntuales de una organización, e incluso un proyecto. De esta manera, se puede saber si los recursos se están utilizando de forma eficiente, si se siguen los procedimientos establecidos y si hay oportunidades de mejora en los procesos internos.
Por ejemplo, imagina que en tu empresa hay un proyecto de marketing digital que ha tenido altos costos durante los últimos meses. Aplicando un control financiero selectivo, se analiza solo ese proyecto para identificar en qué se está gastando más de lo previsto y si esos gastos están generando los resultados esperados. Con base en esa revisión, se pueden ajustar las estrategias o reasignar el presupuesto.
A diferencia de los casos anteriores, este tipo de control se realiza una vez que se ha concluido un proyecto o se ha ejecutado una inversión o gasto en un área de la empresa (o en toda la organización). De esta manera, se puede determinar si los recursos se usaron adecuadamente, evaluar los resultados obtenidos y aprender lecciones para futuras decisiones financieras.
Por ejemplo, imagina que tu empresa ha empezado a dar crédito a nuevos clientes durante un año. Al finalizar ese período, se realiza un control financiero posterior para revisar si las cuentas por cobrar se están pagando a tiempo, si hubo morosidad o pérdidas, y así ajustar las políticas de crédito para mejorar la recuperación del dinero.
La base para realizar el control financiero en Colombia, independientemente del tipo de control, es contar con los libros contables claros y organizados. Sin información clara, es muy difícil saber si algo está mal o si hay errores. Luego, se deben seguir procesos para registrar todas las transacciones y revisar que las cuentas cuadren correctamente. Después, hay que comparar lo que se gastó o ingresó realmente con lo que se había planeado en el presupuesto, para detectar a tiempo si hay diferencias. Por último, es útil hacer revisiones internas y usar herramientas tecnológicas que ayuden a llevar un mejor control y evitar problemas. Así, la empresa puede tomar mejores decisiones con base en datos confiables.
Una forma clave de mejorar el control financiero de una empresa es aprovechar la digitalización. Usar software de control financiero especializado, como sistemas contables, de presupuestos y de cobranzas, permite acceder a información en tiempo real, minimizar errores y facilitar decisiones acertadas.
Sin embargo, la tecnología por sí sola no basta; es igualmente importante establecer procesos claros y bien estructurados en cada área. Contar con protocolos específicos para el manejo de ingresos, gastos y registros contables facilita la supervisión y contribuye a reducir errores.
El control financiero permite supervisar y ajustar el uso de recursos en la empresa. Con procesos bien definidos y apoyo tecnológico, se facilita identificar problemas y mejorar la gestión económica. Esto contribuye a mantener la estabilidad financiera y a impulsar un crecimiento sólido y constante en el negocio.