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Cómo controlar los riesgos financieros de una empresa en México

Escrito por Moonflow | 23/06/2025 12:00:00 PM

¿Cuáles son los riesgos financieros de una empresa en México?  De acuerdo con un análisis del Center for Global Development (cgdev.org), México enfrenta una combinación de bajo crecimiento económico, caída en la inversión y una productividad estancada. Este entorno incrementa los riesgos financieros para todo tipo de organizaciones, especialmente las pequeñas y medianas empresas.

¿Qué vas a encontrar en este texto?

¿Qué tipos de riesgos financieros enfrenta una empresa?

Y estos no son los únicos riesgos financieros de una empresa. A los factores externos ya mencionados, se suman una serie de riesgos financieros internos que pueden surgir dentro de la propia empresa: desde una mala gestión del flujo de efectivo hasta el endeudamiento excesivo, la dependencia de pocos clientes o la falta de planificación presupuestal.

¿Quiere decir esto que emprender no conviene o que las empresas están destinadas al fracaso? 

 

En absoluto. Lo que significa es que conocer los riesgos es parte de emprender con inteligencia. Toda empresa, sin importar su tamaño, debe identificar las amenazas que pueden afectarla para tomar decisiones estratégicas a tiempo.

En otras palabras, la buena administración de riesgos financieros no elimina la incertidumbre, pero sí ayuda a reducir sus efectos y mejorar las probabilidades de éxito. 

¿Cómo controlar los riesgos financieros de una empresa?

Los riesgos no pueden eliminarse, están presentes y deben ser conocidos por cada organización para poder enfrentarlos, ya sea desarrollando estrategias preventivas o reactivas. Estas últimas permiten mitigar riesgos financieros una vez que se han hecho presentes. 

La forma más eficaz de controlar los riesgos financieros comienza con un proceso estructurado, que incluye las siguientes acciones:

  1. Definir los objetivos financieros y operativos del negocio. Todo análisis de riesgo debe partir de una pregunta básica: ¿qué se debe proteger? Establecer metas claras (por ejemplo, mantener un flujo de caja positivo, conservar determinada rentabilidad o evitar incumplimientos crediticios) permite identificar con precisión qué eventos pueden poner en peligro esos objetivos.
  2. Identificar los factores clave para el éxito y las vulnerabilidades del negocio. Esto implica reconocer qué elementos son indispensables para alcanzar los objetivos (personal crítico, clientes clave, acceso a financiamiento, procesos sensibles) y, a la vez, detectar debilidades internas o amenazas externas que podrían afectar estos factores.
  3. Aplicar técnicas de detección de riesgos. No basta con intuiciones. Se deben usar métodos concretos para identificar riesgos financieros, como:
    • Listas de verificación.
    • Cuestionarios internos.
    • Diagramas de flujo.
    • Revisión de estados financieros, entre otros. 
  4. Clasificar y priorizar riesgos mediante un mapa. Una vez identificados, los riesgos deben organizarse en un mapa de riesgos, que visualiza y clasifica las amenazas según su probabilidad de ocurrencia y su impacto económico potencial. Esto permite enfocar esfuerzos en los riesgos más críticos y no dispersar recursos en riesgos marginales.
  5. Seleccionar el tratamiento adecuado para cada riesgo. Cada riesgo debe abordarse según su naturaleza y nivel de impacto:
    • Aceptar: cuando el riesgo es bajo y controlado.
    • Mitigar: aplicando controles internos, seguros, límites financieros, etc.
    • Transferir: por ejemplo, contratando un seguro o subcontratando procesos.
    • Evitar: modificando el proceso o la estrategia para eliminar directamente el riesgo.

La elección debe considerar el costo de la acción frente al  impacto potencial del riesgo.

6. Evaluar el costo de acción frente al costo de inacción. Antes de implementar medidas, la empresa debe analizar cuánto cuesta reducir o eliminar un riesgo, y cuánto costaría enfrentarlo si se materializa. No tomar acción también es una decisión, pero debe tomarse de forma consciente, con base en cifras.

¿Usar tecnología mejora la gestión de riesgos financieros en empresas?

Sí, usar tecnología mejora la gestión de riesgos financieros. Sin embargo, es fundamental tener cautela con el tipo de herramientas que se adopten y asegurarse de que respondan a las necesidades específicas del negocio, su tamaño y nivel de madurez digital. Después de todo, las mejores herramientas para el control de riesgo financiero no serán suficientes si no existe personal que sepa usarlas. 

En cuanto a qué tecnologías son más eficaces para este fin, destacan las soluciones basadas en inteligencia artificial, machine learning y análisis avanzado de datos, ya que permiten identificar patrones de comportamiento financiero, anticipar eventos de riesgo y generar alertas tempranas.

Estas tecnologías no solo agilizan la respuesta ante amenazas, sino que también fortalecen la capacidad de planificación estratégica al ofrecer escenarios proyectados con mayor precisión y profundidad.

Un ejemplo de aplicación concreta es el uso de software de cobranzas, que, al integrar estas tecnologías, contribuye directamente a mejorar el flujo de caja y reducir la cartera vencida. Estas herramientas permiten segmentar a los clientes según su perfil de riesgo, automatizar recordatorios efectivos y priorizar acciones de recuperación, lo que fortalece la liquidez y disminuye la exposición a pérdidas por incobrabilidad.

En resumen:

Controlar los riesgos financieros no se trata sólo de evitar pérdidas, sino de construir una base sólida para la sostenibilidad del negocio. Identificar amenazas, evaluar su impacto y tomar decisiones informadas es clave para mantener la liquidez, proteger la rentabilidad y anticiparse a escenarios adversos. 

La tecnología, especialmente en áreas como la gestión de cobranzas, se convierte en una aliada estratégica para reducir la exposición al riesgo y mantener un flujo de caja saludable.

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